TIPOS DE FUENTES ENERGÉTICAS:
RENOVABLES- NO RENOVABLES
Fuente de
energía
es
un fenómeno físico o químico del
que es posible explotar su energía con
fines económicos o biofísicos.
Según un primer criterio de clasificación, se les llama «primarias» si provienen de un fenómeno natural y no han sido transformadas
(el sol,
la biomasa, las corrientes de agua, el viento, los minerales energéticos o radiactivos);
y «secundarias» si son resultado de una
transformación intencionada a partir de las primarias para obtener la forma de energía deseada
(la energía eléctrica -que puede obtenerse a
partir de cualquiera de las fuentes primarias-, la energía química de los distintos combustibles utilizados
para el transporte, la calefacción o la industria -que pueden obtenerse a
partir de muy distintas fuentes-, etc.)
Según un
segundo criterio, a las fuentes de energía primarias se las llama «renovables» si sus reservas no disminuyen de forma
significativa en la escala de tiempo de su explotación (como la hidroeléctrica, la eólica, la solar,
la geotérmica, la mareomotriz o la utilización energética de
la biomasa); y «no renovables» si lo hacen (como los combustibles fósiles -carbón, petróleo, gas
natural- y la energía
nuclear).
A lo largo
de la historia el
hombre ha buscado incesantemente fuentes de energía para su provecho; desde
la Prehistoria,
cuando la humanidad descubrió el fuego para calentarse, alumbrarse y cocinar los alimentos, pasando por la Edad Media en
la que se introdujeron molinos
de viento para moler cereales, hasta la Edad Contemporánea en la que se ha llegado
a obtener energía fisionando el átomo y producir los sofisticados combustibles
que permiten la propulsión aeroespacial.
La agricultura no
sólo proporcionaba la comida... sino la mayor parte de las materias
primas para cualquier industria que existiera, especialmente la textil
para el vestido. ... Las fuentes de energía para procesar estos materiales, así
como para la calefacción, también provenían de los bosques. Así, el Antiguo Régimen biológico era orgánico, es
decir, dependía de la energía solar para el crecimiento de los cultivos
alimentarios y de los árboles como combustible.
El Antiguo
Régimen biológico limitaba el rango de posibilidades de la gente y de su
historia, porque virtualmente toda la actividad humana dependía de las fuentes
de energía renovables suministradas a un ritmo anual por el sol.
Los
combustibles fósiles protagonizaron las revoluciones industriales: desde la Primera Revolución Industrial el
carbón con el que se alimentaron las calderas de las máquinas de vapor aplicadas inicialmente al
bombeo del agua de las minas, luego al telar
mecánico y sucesivamente a la práctica totalidad de los procesos
industriales mecanizables y al transporte (ferrocarril, barco
de vapor), así como a los procesos metalúrgicos y
la calefacción y cocinas domésticas.
Desde la Segunda Revolución Industrial,
el petróleo y
sus derivados aplicados tanto a la industria como al transporte (motor de combustión aplicado al automóvil y
a la aviación).
Siempre convivieron con aprovechamientos a menor escala de las energías
tradicionales de la economía preindustrial: la navegación a vela o los molinos de viento,
la hidráulica de norias y molinos hidráulicos, y los aprovechamientos
tradicionales de la biomasa, fundamentalmente la utilización de la madera y
el carbón vegetal como combustible.
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